jueves, julio 09, 2009

Lectura para boda

Hola,

Voy a empezar con las mismas palabra que Cortázar cuando le dieron la nacionalidad francesa, que vienen aquí pintiparadas, y así tomo aire:

Disculpen si leo estas palabras en vez de improvisarlas. Me conozco lo suficiente para saber hasta qué punto soy incapaz de decir lo que quisiera cuando siento una emoción tan grande y bella como la que hoy me invade. Tal vez hubiera sido preferible el silencio, que también sabe suprimir la emoción, pero me es imposible callar precisamente el día en que se casa mi prima Lucía.

Conozco a Lucía desde hace mucho tiempo, de toda la vida. Cuando nací ya estaba Lucía a mi lado, es una de las ventajas de la familia, que te toca, no la eliges, y por eso soy una de las pocas personas que pueden decir a voces: YO contagié LA VARICELA a LUCIA CALVO MARTÍN, y eso, hoy, me llena de orgullo y satisfacción.

Cuando éramos pequeñas no jugámos mucho a los muñecos ni a las casitas, nosotras jugábamos a las actrices independientes.
Jugábamos a que compartíamos piso, y cuando nos levantábamos, cada una se iba a sus clases, una de baile, otra de interpretación, las clases estaban ubicadas en el garaje de su casa una, y en el despacho de su padre la otra. Cuando volvíamos a nuestra casa, nos enseñábamos lo que habíamos aprendido y luego, normalmente, nos arreglábamos para ir a alguna fiesta.

Nos gustaba bailar, cotillear, ir de campamento, salir a la calle, recomendarnos libros, hacer teatros, disfrazarnos, prestarnos ropa, cortar el pelo a su hermana, a los muñecos de la mía...


Somos muchos amigos los que hemos compartido esas aficiones con ella y disfrutamos desde hace tiempo lo que llamamos "El mundo de Lucía": un mundo de racionalidad y despiste, ingenuidad y sensatez, baile y leyes; todo esto mezclado con la naturalidad y el cariño que han hecho que desde que la conocemos permanezcamos a su lado, desde la época del colegio, del instituto o la universidad; aunque estuviéramos en diferentes ciudades.


Os cuento ésto por poneros en antecedentes, para que entendáis un poco el significado del caso que aquí nos ocupa. El caso Adolfo.

El caso Adolfo, como nos gusta llamarlo en la intimidad cuando nos juntamos a cotillear, es uno de nuestros favoritos.

No sabemos muy bien cómo empezaron a verse, siempre han estado muy cerca pero nunca se habían visto, es posible que lucía aún no sepa que adolfo, hasta no hace mucho tiempo, tenía pelo.

A día de hoy, para algunos es un misterio cómo Adolfo consiguió que Lucía aceptara protagonizar una boda con él.
Hay rumores que hablan de una noche con velas y una gran cena, otros dicen que consiguió que Ben Harper cantara bajo su ventana... yo he llegado a oir, incluso, que fué el mismísimo Jamiroquai el que, personándose en su casa de Burguillos, habló con ella y le prometió que le daría clases de baile si accedía a casarse con el joven toledano.

Tras una ardua labor de investigación, voy a exponer aquí algunos hechos ya contrastados, para que todos podamos comprender el porqué de esta decisión:

La primera y más importante hazaña que realizó Adolfo fue conseguir que una opositora no se quitase la sonrisa de la cara.
Pero es que también: aguantó como un campeón sesiones de cotilleo-femenino-extremo, llevó a Lucía a hacer surf, a bailar, actualizó su ordenador, organizó fiestas, la llevó de camping en furgoneta, consiguió que antes de tener una casa, tuviera una estrella con su nombre, luego llegó la casa, una casa con perro! Ese sitio donde establecerse después de muchos años fuera, justo en ese momento en que necesitas tu lugar para seguir a delante, para crecer, para hacerte mayor de verdad.

Además, todo ésto lo ha conseguido con una sonrisa permanente, con buenos gestos para todos los que estamos cerca de ellos y sobre todo, respetando
siempre el mundo de lucía y disfrutando de su compañía como todos los demás, vale, más. Y eso, pues qué queréis que os diga, nos hace disfrutar el doble.

Por eso no me importa pensar que Lucía se casa, ¡que se ha casando! ay madre.
No me importa pensar que nos hemos hecho mayores, que la familia ya no es únicamente la que nos ha tocado, ha llegado el momento de elegirla, de crear la nuestra.

Así que nos ha llegado la hora. Ha llegado el momento. Ha llegado ese año del que te hablan y ves tan lejano, incluso imposible: El año de las bodas.


Aunque muchos ya hemos decidido con quién queremos vivir, ésta es la primera boda entre nuestros amigos. Y tenemos alguna más, y además vienen niños.


Han pasado muchos años desde que jugábamos a las actrices independientes, pero seguimos dedicando nuestros ratos a ser actrices y a ser independientes, y sobre todo seguimos bailando, cotilleando, yendo de viaje, saliendo, recomendándonos libros, disfrazándonos, prestándonos ropa y de vez en cuando, cortándonos el pelo las unas a las otras.


Ya somos mayores.
Abróchense los cinturones y disfruten.

1 Comments:

Blogger Unknown said...

pero cuánto te quiero, primita!!!
eres la mejor

lunes, 24 agosto, 2009  

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